En Ghost (Jerry Zucker, 1990), unas sombras fantasmagóricas se llevaban el espíritu de Tony Goldwyn, malo de la función.
Hay días en los que un puñado de fantasmas heredados vienen a por mí. No conozco sus caras, pero podría ubicarlos en calles o zonas de diferentes ciudades sin equivocarme mucho. Afortunadamente, hasta ahora no han conseguido arrastrarme al lugar gris del que vienen pero sí me dejan desasosegado, con miedo.
Suerte que uno puede esconderse en cinco minutos como estos.
14 octubre 2009
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