Parece que en aquel país de tataranietos de putas y convictos, marsupiales púgiles y griegos que es Australia, tienen más humor que donde vive su reina. Ayer contaba que unos ingleses se habían propuesto acabar con los adolescentes conflictivos mediante ultrasonidos selectivos... En un distrito de Sidney van a utilizar un método mucho más curioso y menos científico de lo que se pretende con el MOSQUITO. A partir de julio ellos reproducirán a gran volumen las canciones de BARRY MANILOW. Hasta aquí la noticia me apasiona. Por lo absurdo y por Barry, un gran tipo que es blanco frecuente de las bromas de muchos yanquis esnobs. Como muchos otros de mis gustos musicales, el mío por este hombre también es heredado, aunque por otra rama, y único de su género en mis preferencias. Copacabana, Sunday Father, I Write The Songs o Mandy son buenas canciones. Pero también pueden ser un elemento disuasorio de grupos de jóvenes molestos, así que se utilizarán sus canciones y las de Bing Crosby, junto a música clásica y otros cantantes de los 40 y 50, o “cualquier música que esta gente no puede aguantar”, dice el concejal del distrito en cuestión. Por lo visto hay un grupo de chavales que se junta a hacer ruido con sus motos y coches en el aparcamiento de una urbanización y creen que con esta medida los chicos se irán a otra parte. Ya lo dijo el propio Barry Manilow hablando de sus canciones "A algunos les encantan, a otros les dan náuseas."
Pero esto no sólo hará huir a los jóvenes, probablemente algún vecino, aunque tenga todos los vinilos de Manilow en su casa, acabará harto de escuchar una y otra vez a todo volumen "Her name was Lola, she was a showgirl…" La música como castigo es algo común. Ocurre a diario en casi cualquier país civilizado. Opá, Amo a Laura, Los Chopitos de la ONCE, ¿Quién es ese Hombre? o Dame Más Gasolina son algunas de las vejaciones que sufrimos a cada rato y que nadie se atreve a denunciar en La Haya o a manifestarse encadenándose a la discográfica de alguno de los responsables.
Sí existen pequeñas acciones dignas de ser imitadas. Durante todo el invierno he sufrido al ex militar llorón, también conocido como James Blunt, y su You're Beautiful. Bueno, pues en su Inglaterra natal, ESSEX FM ha prohibido la emisión de esa canción. Los oyentes lo habían pedido reiteradas veces, ya estaban hartos de oír al tipo y no coartan la libertad de nadie puesto que se le puede escuhar a cualquier hora en cualquier lugar.
Ahora pienso en Apocalypse Now y aquellos helicópteros escupiendo Wagner a toda pastilla... Pienso en si me dieran un tanque antidisturbios con manguera y altavoces de amplificación brutal... ¿Qué pondría? ¿Disolvería insurrectos con Merche? ¿La Oreja de Van Gogh? ¿El Sueño de Morfeo? ¿Andy y Lucas? No funcionaría. Se sentarían a hacer un botellón. Toda la música que es una tortura para mí, es gloria para sus oídos.
Antes...
Ahora...
