19 junio 2006

TÚ HAS VENIDO A MI ORILLA...


Condeno la pleitesía hacia la Iglesia Católica de este supuesto estado laico. Como cada año, las calles por las que pasa la procesión del Corpus Christi están sembradas de altavoces viejunos que retransmiten en directo la misa y posterior caminata de curia y fieles paseando la Sagrada Forma.

Si quisiera oír a la misa, iría a la Almudena. Si no estoy allí a las siete de la tarde seguramente sea porque no me importa lo más mínimo. ¿Por qué tengo que oír todo el evento y, además, con malísima calidad? Cada año lo mismo... Encima, es mi santo. Y no lo hacen para la gente que no puede ir, porque no van a estar en la calle con una silla debajo de un altavoz. Que lo retransmita Popular TV, que para eso tienen tele propia los curas. Ah, bueno, ahora no, que en el centro no se recibe bien la señal porque se les ha puesto encima un canal de videncia y porno lastimoso (me parto).

Ayer fue divertido. La persona encargada de probar el sonido estuvo muy creativa. En plena sobremesa nos deleitó con una reinona del pop tipo Mariah Carey (no sé quién era, la verdad). Pero luego, en un guiño muy elaborado (o ni se dio cuenta y le salió por casualidad), me sorprendió al pinchar una de las últimas versiones del Tubular Bells de Mike Oldfield, no sé si la del disco II o III. O sea, la música utilizada en la película El Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973). Sin comentarios.

Aprovecho para, por fin, estrenar un sistema con el que poder poner sonidos en este blog triste y solitario. Seguramente ya lo hayáis escuchado alguna vez, dio la vuelta a la red el año pasado. Pero me parece muy apropiado. Hubo una manifestación a favor de la familia (ja, en contra de los gays, por supuesto) organizada por toda la derecha y el clero. Sí, aquella en la que los obispos iban con gorras de Cadena 100, escalofriante. Bueno, pues allí la COPE estaba destacada en la concentración y en las noticias conectaron con el periodista que estaba entre los asistentes. El chaval tuvo mala suerte en ir a preguntar a Margarita, hoy ya un mito de la radiodifusión española. Aunque supongo que muchos de los presentes hubieran dicho cosas similares. Me gustaría haber visto la cara de los técnicos del control y el presentador. Suban el volumen de sus altavoces y prepárense para disfrutar de una lección de biología/neurociencia y, sobre todo, imbecilidad retrógrada fundamentalista. Están entre nosotros y son muchos. Qué miedo.

ps. Me cuentan que mi primo Imanol dice que mi 51% vasco sigue aumentando. (?)