¿Cómo puede ser que en 2009, con avances tecnológicos escalofriantes, aún se oiga la megafonía de los aviones como si hablaran por un telefonillo Fermax debajo del agua?
¿A nadie se le ha ocurrido dejar de hablar por esa mierda de cacharro y conectar un micrófono medio decente al sistema de altavoces, que sí que se oyen estupendamente cuando ponen el vídeo de instrucciones o la música facilona anti stress para las maniobras de muerte cercana?