El próximo 10 de febrero hará veinte años que, un sábado por la mañana, vi por primera vez El Club de los Poetas Muertos (Death Poets Society. Peter Weir, 1989) en un preestreno en el cine Palafox de Madrid.
Hoy la he vuelto a ver otra vez (hacía bastante que no lo hacía) y me sigue pareciendo una excelente película. Muy bien ambientada, excelentemente fotografiada, con un Robin Williams comedido y un cuidado reparto de jóvenes talentos al servicio de un buen guión.
Me parece curiosísimo que la siguiente película estrenada escrita por el mismo guionista fuera Cariño, He Encogido a los Niños. A eso se le llama versatilidad...