12 septiembre 2006

JUNTOS Y REVUELTOS


Ayer empezó, más o menos oficialmente, la nueva temporada televisiva.

Sólo vi un trozo de Noche H y a mi amigo Dragó, pero me he informado de cómo están configuradas las parrillas. La reflexión a la que llego es que la caja tonta se ha convertido en una comuna. Lejos quedan los tiempos donde un presentador no podía ser imagen de ningún producto mientras estuviese en la entonces única televisión del país y hasta no sé cuántos meses después de dejarla. Vamos, que Matías no hubiese visto un duro del banco naranja...

Yo pensaba que dos nuevos canales iban a aportar rostros frescos al panorama audiovisual, pero me doy cuenta de lo triste y endogámica que es esta profesión nuestra. Una cosa es que mi Ana Rosa vaya de Telecinco a Antena 3 y vuelta a Telecinco, o que la somnolienta Ballester pase por Canal 9, Telemadrid, Antena 3 y TVE, es lo normal, pero que se esté a la vez en varios sitios, ya no es exclusivo de Elsa Anka y su No, No.

Este verano Joaquín Reyes capitaneaba su Hora Chanante en Paramount Comedy mientras era Richard en Camera Café de Telecinco y hacía chascarrillos en La Sexta con su amigo Raúl Cimas, quien a su vez colaboraba en Buenafuente de Antena 3.

Antonia Moreno conducía en Antena 3 el reality pro-parricidio Libertad Vigilada, sin dejar un Un Equipo en Cuatro.

Ernesto Sevilla se ha incorporado a Cuatrosfera y en breve lo hará también a Buenafuente de Antena 3 sin dejar de aparecer en Paramount Comedy.

Otro miembro de La Hora Chanante, Julián López, es el nuevo colaborador deportivo de Noche H.

Qué despilfarro de platós, sedes sociales, dietas para taxis... ¿Por qué no hacen una mega ciudad de la televisión y viven allí todos y van de un camerino a otro, de un programa a otro, en vez de tanta cadena? Si al final es la misma mierda, que nunca hemos tenido tantos canales y tan poca chicha que rascar.

Mientras repitan por enésima vez Los Simpson, seré feliz.